La marina barcelonesa ha tenido que colgar estos días el cartel de completo en sus plazas de amarre para grandes esloras ante una afluencia que ha superado todas sus expectativas
El espectacular yate de Philippe Starck de 120 metros de eslora amarra en Port Vell
13/07/2012
La novedad de estos primeros días de julio es que los barcos están recalando en Barcelona de forma espontánea y como escala privada turística y vacacional de los armadores y sus invitados, que se encuentran estos días de visita por la ciudad como miembros activos de un segmento de turismo de muy alto poder adquisitivo que Barcelona siempre ha querido atraer. Marina Port Vell siempre ha apostado por este segmento de turismo y los proyectos de la marina en un futuro próximo van encaminados a mejorar las instalaciones que requieren este tipo de yates.
La embarcación, bautizada como A, que es la letra inicial del nombre de pila de su mujer, la modelo serbia Aleksandra Nikolic, también está en el ranking de los mayores yates del mundo. Entre los lujos que presenta esta mansión flotante destaca una macrodiscoteca con una barra hecha de cristal de Baccarat así como una plataforma de karaoke impermeable. Además de helipuerto, posee dos veloces barcos extras de nueve metros cada uno, altas medidas de seguridad como pantallas táctiles y sensores de movimiento y otros lujos menores como una docena de televisores de plasma o una librería de DVD con más de 2.000 títulos. Melnichenko encargó el diseño de esta embarcación al arquitecto, interiorista y diseñador industrial francés Philippe Starck, a quien dio carta blanca para que diseñara un barco revolucionario que le costó unos 350 millones de euros.
SBC-MPV
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