El Club Nàutic Coma-ruga acogió una jornada de rescate en alta mar dirigida a patrones de barcas
 
El simulacro mostró el dispositivo que debe movilizarse en casos de emergencia tanto en recursos humanos como económicos, lo que también debe hacer reflexionar a los propietarios de embarcaciones para ser prudentes a la hora de navegar

30/05/2011
 
CN Coma-ruga
Tras el naufragio de la embarcación, la balsa de salvamento quedó en mar abierto. Dentro, un tripulante que había salvado la vida, lanzaba mensajes y señales de socorro en espera de los equipos de rescate. Los radares de los equipos de emergencia localizaron las señales y se inició un dispositivo de emergencia.
 
Todo fue un simulacro junto al puerto de Coma-ruga, pero es una situación más habitual de lo que pudiera suponerse. Un golpe de mar. Un hombre al agua y a partir  de ahí la profesionalidad del náufrago y de los equipos de rescate es vital para poder salvar vidas. Por ello el puerto de Coma-ruga  acogió a miembros de la Real Asamblea Española de Capitanes de Yate (RAECY), y a navegantes del Club Nàutic de Coma-ruga en una Jornada de Formación de Seguridad en la Mar.
 
Numerosos curiosos siguieron el simulacro desde otras barcas  y desde tierra. Especialmente atentos siguieron el simulacro los capitanes de pequeñas embarcaciones. En una carpa se distribuyeron consejos y recomendaciones de Salvamento Marítimo para concienciar y actualizar a los navegantes en los procedimientos que deben de utilizarse ante una emergencia.
Desde la organización, el capitán Rafael Tudón, de la junta directiva de la RAECY señaló que, “la formación continua en seguridad marítima es uno de los aspectos que un capitán o navegante siempre deben tener presentes”. Porque conocer cómo actuar en cada momento puede representar salvar una vida si se siguen los protocolos de intervención adecuados. En casos de accidente marítimo con ‘hombre al agua’ la tensión es máxima y la rapidez y profesionalidad, claves. En el simulacro que se hizo junto al puerto de Coma-ruga, tras detectar al náufrago en su balsa de rescate, el equipo aéreo marcó con botes de humo el punto  donde estaba la balsa de emergencia.
 
Un helicóptero sobrevoló la zona y un rescatador descendió para rescatar a la víctima. El simulacro mostró el dispositivo que debe movilizarse en casos de emergencia tanto en recursos humanos como económicos, lo que también debe hacer reflexionar a los propietarios de embarcaciones para ser prudentes a la hora de navegar.
 
El puerto de Coma-ruga ya acostumbra a acoger simulacros de rescate marino, así como cursos de formación sobre seguridad en el mar. La instalación también es uno de los principales centros de formación para obtener diferentes títulos para llevar una embarcación.

SBC /Diari de Tarragona

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