Barcos anclados por las deudas

Decenas de clientes abandonan sus embarcaciones para no pagar el amarre. Los procesos de embargo son tan largos que los barcos acaban para la chatarra

"La administración pública no es sensible con este tipo de turismo, piensan que la náutica es cosa de gente millonaria y que si no nos pagan, no pasa nada. Además, nos suben los cánones entre un 200 y un 600% y algunos están con el agua al cuello"


27/02/2012

Barcos anclados deudas
Entre exclusivos yates y veleros que engalanan los puertos deportivos de la provincia malagueña, cada vez se cuela más chatarra flotante que sólo unos años atrás costaban miles de euros. Desde 2009 ha aumentado el número de los conocidos como barcos fantasmas que se encuentran anclados en los pantalanes o en dique seco deteriorándose al sol y al ambiente marino.

El sector náutico tampoco se ha librado de la crisis y aunque sea de forma moderada, varios son los puertos de Málaga que arrastran el castigo que la coyuntura económica ha impuesto a decenas de personas que han tenido que abandonar sus embarcaciones de recreo para no pagar el precio de atraque y su mantenimiento.

La mayoría de las instalaciones portuarias de la provincia ha tenido que lidiar con algún caso de este fenómeno. Pero la mayor preocupación de sus dirigentes radica en la lista de "personas que tienen dificultades para pagar los amarres cada mes y que con el paso del tiempo crece más", asegura Manuel Raigón, director general de Marinas del Mediterráneo, empresa concesionaria de los puertos de Estepona y Manilva.

En estos enclaves se ha ordenado en los últimos dos años el embargo y lanzamiento –la retirada física del barco del punto de amarre por orden de un juez– de más de 20 embarcaciones por impago de los alquileres. "La previsión que tenemos es que en pocos meses se agravará la situación", lamenta Raigón.

Los barcos roban metros de línea de atraque al resto de embarcaciones y corren el riesgo de hundirse. Una vez detectada la morosidad, el proceso a seguir suele ser el mismo: el dueño no puede hacer frente a las deudas y se desentiende de su nave. El puerto deja de percibir el dinero de las tasas, pierde rentabilidad y espacio en sus instalaciones y debe supervisarlos periódicamente para evitar que se hundan. La única salida es sacarlos a subasta, pero los trámites son largos y complejos porque no existe una regulación jurídica específica para estos asuntos.

"Exigimos una ley que agilice los procesos de embargo para no tener tantas pérdidas económicas. No ocurre lo mismo con los recintos de gestión pública, que tienen un procedimiento más rápido y eficaz. Estamos desamparados, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía en vez de ayudarnos nos pone obstáculos", explica.

En Estepona y Manilva cifran las pérdidas en 150.000 euros al año. "La administración pública no es sensible con este tipo de turismo, piensan que la náutica es cosa de gente millonaria y que si no nos pagan, no pasa nada. Además, nos suben los cánones entre un 200 y un 600% y algunos están con el agua al cuello", añade Raigón.


Aunque la crisis ha golpeado al turismo náutico en menor medida que al resto de sectores, la mayoría de los puertos deportivos han tenido que bajar los precios de los puntos de atraque para mantener la ocupación, que en algunos casos, ha disminuido hasta un 60%. Frente a las dificultades que existían hace unos años para encontrar un amarre, en la actualidad hay más oferta que demanda. El cliente europeo ha bajado sus posibilidades económicas mientras que se ha incrementado la demanda de personas procedentes de Rusia y de países de Oriente Medio.

También la venta de yates y veleros ha caído en los dos últimos años y el cartel de 'Se vende' brota más que nunca en los puertos deportivos de Málaga. "Ahora se pueden encontrar gangas de segunda mano", sostiene Manuel Raigón. Mientras tanto, crecen los proyectos de ampliación de atraques en las diferentes instalaciones portuarias de la provincia. La importancia del turismo náutico en la Costa del Sol se pone de manifiesto en las obras de remodelación del puerto de La Bajadilla, en Marbella, que será acometido por el jeque catarí Abdullah Al-Thani, presidente del Málaga C.F. Se prevé una inversión de 400 millones de euros y tendrá 1.200 atraques.

SBC-elmundo.es

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